Escrito está:
Entonces Faraón dijo a Moisés: ¡Apártate de mí! Guárdate de no volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás. Y Moisés respondió: Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro. (éxodo 10.28-29)
El mal tiene un rostro, y este rostro está presente en la vida de muchas personas. Vemos abiertamente el rostro del mal en la familia, en la salud, en la vida económica, en el matrimonio, es decir, todos los días se ve este rostro malo. Atención a las palabras de Moisés: - Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro". La única manera de librarnos de este rostro en nuestra vida, es dando nuestro rostro en la hora del sacrificio, pues, Dios busca el rostro de aquellos que sacrifican; Moisés dijo eso, porque estaba en el sacrificio y tenía certeza que Faraón nunca más iría prevalecer con la esclavitud en la vida del pueblo.
¿Y tu, estás dando su rostro en esta Hoguera Santa?
¡Un cordial saludo!
Rodrigo Moura
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